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Old 10-Jun-21, 07:45
punished punished is offline
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Default Historias de un matrimonio

- ¡Si lo hubiera sabido antes!

Angel pensaba esto para si mismo, mientras María le tenía completamente inmovilizado. Todo había sucedido muy rápidamente. Pocas veces discutían, pero aquella fue “gorda”. Que si ya estoy harta, que si siempre vamos donde tu dices. Que si te vas con la bicicleta y me dejas sola con los niños. Y yo, que si siempre vamos con tus amigos, y que tu te encuentras en tu salsa, y yo más incómodo. Que sin la bici, me aburriría como una ostra…

En estas, Angel se da cuenta de que María tiene la mejilla manchada de ceniza, acerca la mano para limpiársela … gesto que ella interpretó como si le quisiera golpear y todo se precipitó. Notó como su mujer le desviaba la mano con un brazo, mientras el otro le asía la muñeca. Con un movimiento rápido, se colocó delante de él, y se la torció. Angel no tuvo mas remedio que rodar al suelo de espaldas. Duró poco en esa posición. Un dolor molesto en el codo le hizo ponerse boca abajo, y así estaba, con el brazo en una con el brazo en posición forzada y con la mano de ella agarrando, su rodilla haciendo la presión en el brazo que le impedía cualquier movimiento y una expresión de estar muy enfadada. Sentía por la firmeza de su agarre … que estaba cabreada.

- ¿Como se te ocurre intentar agredirme!
- No iba a hacerlo, iba a limpiarte la cara que la tienes manchada de hollín.
- Mala excusa, invéntate otra mejor.
- ¡Joder! ¡Mírate al espejo si no me crees!

Poco convencida, María lo suelta y se va a otra habitación. Poco después, escucha un “¡Mierda!”, y un par de minutos después, ella vuelve, ya con la cara limpia, pero blanca del susto. Se acababa de dar cuenta de que su reacción había sido desproporcionada, y se sentía mal.

- ¿Estas bien? Lo siento, pensaba que me querías pegar un bofetada. Debería haberlo pensado, nunca me has levantado la mano. Me siento fatal.

Angel se debatía entre dos opciones. Una, aprovecharse de la situación para sacar ventaja y lograr lo que se proponía. Pero, claro, la situación le había revelado algo que para el era mucho mas importante. Ella le había vencido. Con suma facilidad. Y eso a el “le ponía”. Mucho. Muchísimo. No existía nada que lo hiciera más. Así que orientó por ahí la conversación.

- No pasa nada, gracias, estoy bien. ¡Ostras! No sabía yo de estas habilidades tuyas. Me parece impresionante que seas capaz de reducirme tan fácilmente. Que peso 25 kilos mas que tú. ¿Dónde has aprendido esto?
- Bueno, una chica tiene que saber defenderse en caso de que lo necesite. Aunque en este caso, me he excedido, lo siento….
- ¿Y por que no me lo habías contado?
- ¿Sinceramente? Por si de verdad me hubieras querido pegar. Si sabes que sé que hacer en estos casos, sería peor para mi

A Angel mentalmente no le quedó mas remedio que concederle eso. Pero continuó.

- Maria, me gustaría decirte algo. Se que suena algo extraño, pero voy a avanzar el brazo igual que antes y me gustaría que me volvieras a hacer lo mismo. Por favor.
- Esto suena muy raro.
- Ya lo sé. ¿Aun así lo harías?
- Ok.

Otra vez Angel repitió el movimiento de la mano, y otra vez, 2 segundos después, estaba boca abajo, fuertemente controlado por su mujer. La única diferencia era que su cara miraba a otro lado. Veía a su mujer, delgada, con esos leggins negros que le quedaban de puta madre, la camiseta de algodón blanca también manchada de tizne, donde asomaban los pezones erectos, y el pelo rubio recogido en una coleta. ¡Joder, que buena estaba!

- ¡Hala! Ya está. Pero no se qué pretendes con esto…
- Suéltame, agáchate, y méteme mano.

Lo hizo. Y quedó impresionada con el tamaño y lo duro que estaba lo que encontró allí.

- ¡Joder Angel!, ¿te pone esto?
- No sabes cómo.
- No, no, si ahora ya lo sé, pedazo de calentón llevas, jejeje
- Vale, ¿y que vas a hacer ahora? ¿Qué piensas de ello?

Ella no contesto de primeras. Simplemente, le torció el brazo a la espalda, forzándolo, le hizo levantarse, mientras con la otra mano controlaba el cuello. Ella le obligaba a avanzar, salieron del comedor, y se movían por el pasillo, mientras ella le confesó.

- ¿Qué que voy a hacer? Aprovechar la situación. No creo que estés en contra de ello, ¿no?

Y se encerraron en habitación.

Continuará…
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